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Fidel Castro: Lo que escribí el martes 19

by envia F Espinoza
Ese martes no hubo noticia internacional fresca. Mi modesto mensaje al pueblo, del lunes 18 de febrero, no tuvo dificultad para divulgarse con amplitud. Desde las 11 de la mañana comencé a recibir noticias concretas. La noche anterior había dormido como nunca. Tenía la conciencia tranquila y me había prometido unas vacaciones. Los días de tensión, esperando la proximidad del 24 de febrero, me dejaron exhausto
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Reflexiones del Compañero Fidel

Lo que escribí el martes 19

Ese martes no hubo noticia internacional fresca. Mi modesto mensaje al pueblo, del lunes 18 de febrero, no tuvo dificultad para divulgarse con amplitud. Desde las 11 de la mañana comencé a recibir noticias concretas. La noche anterior había dormido como nunca. Tenía la conciencia tranquila y me había prometido unas vacaciones. Los días de tensión, esperando la proximidad del 24 de febrero, me dejaron exhausto.
No diré hoy una palabra de personas entrañables en Cuba y en el mundo que de mil formas diferentes expresaron sus emociones. Recibí igualmente un elevado número de opiniones recogidas en la calle con métodos confiables, las que casi sin excepción, y de forma espontánea, vertieron sus más profundos sentimientos de solidaridad. Algún día abordaré el tema.
En este instante me dedico al adversario. Disfruté observando la posición embarazosa de todos los candidatos a Presidente de Estados Unidos. Se vieron obligados uno por uno a proclamar sus inmediatas exigencias a Cuba para no arriesgar un solo elector. Ni que yo fuera Premio Pulitzer interrogándolos en la CNN sobre los más delicados asuntos políticos e incluso personales, desde Las Vegas, donde reina la lógica del azar de las ruletas de juego y adonde hay que asistir humildemente si alguien aspira a Presidente.
Medio siglo de bloqueo les parecía poco a los predilectos. ¡Cambio, cambio, cambio!, gritaban al unísono.
Estoy de acuerdo, ¡cambio!, pero en Estados Unidos. Cuba cambió hace rato y seguirá su rumbo dialéctico. ¡No regresar jamás al pasado!, exclama nuestro pueblo.
¡Anexión, anexión, anexión!, responde el adversario; es lo que en el fondo piensa cuando habla de cambio.
Martí, rompiendo el secreto de su lucha silenciosa, denunció el imperio voraz y expansionista ya descubierto y descrito por su genial inteligencia, más de un siglo después de la declaración revolucionaria de independencia de las 13 colonias.
No es lo mismo el fin de una etapa que el inicio del fin de un sistema insostenible.
De inmediato las menguadas potencias europeas aliadas a ese sistema proclaman las mismas exigencias. A su juicio había llegado la hora de danzar con la música de la democracia y la libertad que, desde los tiempos de Torquemada, jamás realmente conocieron. El coloniaje y el neocoloniaje de continentes enteros, de donde extraen energía, materias primas y mano de obra baratas, los descalifican moralmente.
Un ilustrísimo personaje español, antaño ministro de Cultura e impecable socialista, hoy y desde hace rato vocero de las armas y la guerra, es la síntesis de la sinrazón pura. Kosovo y la declaración unilateral de independencia los golpea en este instante como impertinente pesadilla.
En Iraq y Afganistán siguen muriendo hombres de carne y hueso con uniformes de Estados Unidos y la OTAN. El recuerdo de la URSS, desintegrada en parte por la aventura intervencionista en el segundo de los dos países, persigue a los europeos como una sombra.
Bush padre postula a McCain como su candidato, mientras Bush hijo, en un país de África —origen del hombre ayer y continente mártir hoy— donde nadie conoce lo que hace allí, dijo que mi mensaje era el inicio del camino de la libertad de Cuba, es decir, la anexión decretada por su gobierno en voluminoso y enorme texto.
El día antes, por la televisión internacional, se mostraba un grupo de bombarderos de última generación realizando maniobras espectaculares, con garantía total de que, bombas de cualquier tipo, pueden ser lanzadas sin que los radares detecten las naves portadoras y ni se considere crimen de guerra.
Una protesta de importantes países se relacionaba con la idea imperial de probar un arma, con el pretexto de evitar la posible caída sobre el territorio de otro país de un satélite espía, de los muchos artefactos que con fines militares Estados Unidos ha ubicado en la órbita del planeta.
Pensaba dejar de escribir una reflexión por lo menos en 10 días, pero no tenía derecho a guardar silencio tanto tiempo. Hay que abrir fuego ideológico sobre ellos.
Escribí esto a las 3 y 35 p.m. del martes. Ayer lo revisé y hoy jueves por la tarde lo entregaré. He rogado encarecidamente que mis reflexiones sean publicadas en la página 2 o cualquier otra de nuestros periódicos, nunca en primera plana, y hacer síntesis sencillas en los demás medios si son extensas.
Estoy enfrascado ahora en el esfuerzo por hacer constar mi voto unido en favor de la Presidencia de la Asamblea Nacional y del nuevo Consejo de Estado, y cómo hacerlo.
Doy las gracias a los lectores por su paciente espera.


Fidel Castro Ruz

Febrero 21 de 2008

6 y 34 p.m.


http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/ref-fidel/art001.html

http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/reflexiones/index.html (Reflexiones del Comandante en Jefe, Fidel Castro, en varios idiomas)

http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/ref-fidel/art001.html (Reflexiones del Compañero Fidel)




El día después

Por: Enrique Ubieta Gómez

Correo: digital [at] jrebelde.cip.cu

22 de febrero de 2008



Uno de los rasgos más curiosos —y más reveladores— de la actual campaña mediática que intenta doblegar a Cuba y confundir a la opinión pública de todos los confines, se ha puesto de manifiesto hoy ante el definitivo anuncio de Fidel de que no aceptará ser reelegido en sus cargos. Los propios blogueros contrarrevolucionarios aportan pistas preciosas: las cámaras y los micrófonos de la prensa miamense se trasladaron en vano al restaurante Versalles, en la calle 8, desde horas tempranas de la mañana, y no encontraron a las jubilosas y agresivas hordas de antaño. Incitaron una y otra vez por televisión a los manifestantes, y nada. La CNN emitió su primer reporte desde la otrora «esquina caliente» con una descripción de voz en off e imágenes de archivo. Uno de los autores del ciberespacio —cuyo blog inicial Últimos días había pasado sin mucha bulla a llamarse Penúltimos días, y ya valora la sabia idea de renombrarse como Penúltimos años—, aceptaba con rabia e impotencia la derrota histórica: «La renuncia voluntaria y formal de Fidel Castro tras sus 49 años de mandato es uno de los grandes fracasos políticos del exilio cubano
—dice, y agrega más adelante—: Pues, en cualquier caso, lo único que podría festejarse es que todo está saliendo según el guión dictado desde el Palacio de la Revolución».
Claro, el problema todavía es más profundo, y ellos lo saben; porque la frustración de amos y siervos ante la permanencia de la Revolución en los meses y años siguientes al desplome del socialismo este europeo, fue compensada con una ilusión inflada como un globo de gas helio: la supervivencia de la Revolución se debía a un hombre, a un «genio del mal», y su desaparición marcaría el fin. La maquinaria mediática empezó a inflar el globo post, y todo cubano que llegaba a un país europeo, tenía que responder una pregunta que probablemente nunca se había hecho: ¿qué pasará el día después? No era una preocupación cubana, era un intento desesperado por sembrar una preocupación en Cuba. Los españoles, tan dados a asumir poses paternales, nostálgicamente metropolitanas, abrazaron la idea descabellada de enseñarnos el camino de la transición. Esa palabra sin apellidos —con apellidos ocultos, para decirlo mejor—, no se acompañaba de explicación alguna. «Dígame —decían los sabios académicos, y también los periodistas, mientras fruncían el ceño—, ¿usted cree que la transición en Cuba será cruenta o pacífica?». Parecía casi ilícito preguntar: ¿de cuál transición usted me habla?
Pero, inesperadamente, a mitad de la narración, cuando ni siquiera los gestores pensaban en un desenlace, Fidel cedió por motivos de salud —al menos de forma momentánea—, sus responsabilidades históricas. Hubo euforia allí donde las cámaras ahora no encuentran mucho entusiasmo, quizá porque los únicos convencidos del cuento eran los muchachones de la Pequeña Habana miamense. La sorpresa y la fe en sus propios embustes, los paralizó. Quedaron a la espera, y pasaron los meses, y nada más pasó, es decir, nada de lo esperado por ellos. No es que no hubiese nada que cambiar, Fidel lo había advertido una y otra vez, en especial en su promocionado discurso del Aula Magna, pero evidentemente, el enemigo más eficiente no estaba en Miami, no era aquel que planeaba un regreso triunfal. Más de una década de sobrevivencia heroica habían creado contradicciones sociales impensables en los años 80. Los enemigos señalaban con placer morboso cada contradicción e invocaban en una confusa retórica su necesaria consolidación en el capitalismo; los revolucionarios señalábamos cada contradicción y la necesidad de eliminarlas, para fortalecer el socialismo. ¿Dos tránsitos opuestos? Cada década revolucionaria ha sido diferente en su unidad histórica, la Revolución sabe y puede rectificar sus errores y desvíos sin perder el rumbo. A ellos, en cambio, el tiempo se les va de las manos como agua, empeñados en descifrar o inventar señales —como esa absurda de los jóvenes revolucionarios de la UCI—, que indiquen que el vehículo de la Historia doblará hacia la derecha.
Hoy los cubanos hemos vivido un espectáculo mediático inusitado, de poca monta, desabrido: los miamenses no acudieron a la cita con la euforia del libreto original, porque saben ya que la Revolución no depende de un hombre, por genial que sea, sino de todo un pueblo. Los cubanos de Cuba, que en su inmensa mayoría votaron por la Revolución en las pasadas elecciones —no importa cuánto haya que perfeccionarla—, se sintieron tristes, pero no experimentaron temor ante el futuro. Entonces, ¿qué queda? La prensa norteamericana y europea, en un ridículo despliegue informativo sobre un acontecimiento interno al que los cubanos —aunque lo consideraban, como todos los hombres y mujeres honestos del mundo, trascendente en lo emocional y en lo histórico— concedían poca importancia para su futuro, lanzaba a vuelo las campanas del próximo fin, tantas veces invocado, de la Revolución. Espectáculo mediático con poca participación de cubanos. ¿La verdad es lo que es o lo que los medios imponen?
Si todos los humanos se convencieran de que Cuba debe regresar al capitalismo, todavía faltaría lo más importante: convencer a los cubanos. Y eso, lo predigo, será mucho más difícil.


http://www.juventudrebelde.cu/opinion/2008-02-22/el-dia-despues


¿De cuál democracia estamos hablando?

LÁZARO BARREDO MEDINA

La Revolución Cubana es la obra de un esfuerzo nacional concertado e inspirada en una sólida convicción ética que tiene como punto de partida la defensa a ultranza de la independencia y la soberanía.
Por asumir esa concepción propia hemos tenido que lidiar en estos últimos 50 años con la obstinada y obsesiva política de agresión de Estados Unidos y enfrentar una tenaz campaña de distorsión en torno a los temas de democracia y derechos humanos.
En el fondo, pretenden imponernos condicionamientos sobre valores estandarizados por Estados Unidos y sus aliados, supuestamente concebidos desde principios universales.
Ahora mismo, tras el Mensaje del compañero Fidel, cientos de cables de agencias noticiosas circulan con declaraciones de políticos, donde expresan la necesidad de que Cuba vaya hacia la democracia.
¿De cuál democracia estamos hablando? ¿Por qué ese dogma de que no hay democracia si no hay multipartidismo? ¿Dónde está demostrado que la pluralidad de partidos es sinónimo de democracia?
Para nosotros tener elecciones no es suficiente cuando se trata de avalar la democracia, porque una supuesta representatividad no se acredita solo mediante ilusiones de mecanismos formales, como esa de que con votar ya todo está resuelto, máxime cuando puede propiciar viciadas prácticas como el clientelismo, el fraude, el incumplimiento de los compromisos electorales y otras manifestaciones que deslegitiman a los gobernantes y debilitan el sistema democrático, impidiendo que la gente sienta en su vida cotidiana la utilidad de la política.
Eso se verifica cuando llegan las elecciones a esos países y las contiendas se transforman en lo que podríamos denominar "perreras" por la confrontación de intereses estrechos en las cúpulas de los partidos, mientras la falta de ética se apropia de los debates cuando se sacan los mil y uno trapos sucios y se enaltecen las mezquindades. Esas son las cosas que alejan a los pueblos de las esencias de la política.
Cada vez que se discutió este asunto en algunas cumbres iberoamericanas e inmediatamente fue señalado el criterio de añadir al debate del tema electoral, como elementos participativos, los principios de rendición de cuenta de los elegidos ante sus electores y el derecho de los ciudadanos a la revocación del mandato, en ese mismo instante, como se dice en buen cubano, "se trancaba el dominó".
Resulta inadmisible la pretensión de imponer esquemas o modelos de organización política, con lo cual se desconoce no solo la realidad inmediata y concreta de cada país, sino se viola el principio de convivencia, el derecho internacional a la diversidad y la pluralidad de sistemas.
Más de un caso puede mencionarse como ejemplo (incluida la Cuba de antes) donde no siempre la pluralidad la determina el número de partidos que haya en una nación, sino el grado de flexibilidad y de tolerancia política que establezcan los gobiernos, a la vez que la voluntad de hacer participativa la decisión soberana de los ciudadanos en los asuntos más importantes de la sociedad.
Desde su propio orden constitucional, los cubanos construimos un modelo de sociedad que se ajusta a nuestra historia, nuestra idiosincrasia y las actuales realidades, donde sea posible proponernos trabajar por el desarrollo con equidad y la transformación con justicia social, tratando de alcanzar una armoniosa combinación entre los intereses colectivos y los intereses individuales; lograr un país posible y deseable donde prevalezca la concertación nacional bajo el propósito de favorecer la actividad de un ciudadano más productivo en lo económico, más participativo en la gestión política y más solidario en lo social.
Es un proceso de adecuación consciente, en un continuo trabajo de perfeccionamiento del sistema político, que no siempre se ha logrado por disímiles circunstancias, pero a lo cual nunca hemos renunciado, mucho más ahora que las medidas económicas traerán consigo el imperativo de reformar determinadas áreas para ofrecer respuestas y soluciones al debate popular en consonancia con las necesidades del país.
Estados Unidos y sus aliados no le perdonan a la Revolución cubana ese grado de concertación que ha generado entre nosotros; necesita estigmatizar nuestra realidad por navegar en contra de esa escandalosa retórica política que se ha apropiado de las palabras democracia, libertad, derechos humanos, etcétera, aunque en la práctica de muchas naciones (a las que no les imponen condiciones), sean puros símbolos, pueriles tentativas divorciadas de la realidad o falsas promesas que promueven la ingobernabilidad y la crisis de credibilidad.
Eso es lo que les está pasando a muchos de los que nos reclaman que implantemos su democracia.


http://www.granma.cubaweb.cu/2008/02/22/nacional/artic04.html





Webs cubanas:


http://www.granma.cubaweb.cu

http://www.granma.cu

http://www.ain.cubaweb.cu

http://www.trabajadores.cubaweb.cu

http://www.juventudrebelde.cu

http://www.prensalatina.com.mx

http://www.cubasocialista.cu

http://www.cubadebate.cu

http://www.lajiribilla.cu



Especiales por los Cinco Héroes:


http://www.antiterroristas.cu

http://www.freethefive.org

http://www.granma.cubaweb.cu/miami5/index.html



Radio y TV:


http://www.cubavision.cubaweb.cu

http://www.cubainformacion.tv

http://www.radiorebelde.com.cu

http://www.rrebelde.cu

http://www.radioprogreso.cu

http://www.radiohc.cu

http://www.radiohc.org

http://www.rhc.cu

http://www.radiocubana.cu



Videos:


"Misión contra el terror":

http://youtube.com/watch?v=CCdGdpeNps8

http://es.arcoiris.tv/modules.php?name=Unique&id=824

"Bacardí, el secreto del murciélago":

http://video.google.es/videoplay?docid=5416850335187952791

http://es.arcoiris.tv/modules.php?name=Downloads&d_op=viewdownload2&cid=&orderby=title%20ASC&offset=0&email=&letter=E
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