top
En Español
En Español
Indybay
Indybay
Indybay
Regions
Indybay Regions North Coast Central Valley North Bay East Bay South Bay San Francisco Peninsula Santa Cruz IMC - Independent Media Center for the Monterey Bay Area North Coast Central Valley North Bay East Bay South Bay San Francisco Peninsula Santa Cruz IMC - Independent Media Center for the Monterey Bay Area California United States International Americas Haiti Iraq Palestine Afghanistan
Topics
Newswire
Features
From the Open-Publishing Calendar
From the Open-Publishing Newswire
Indybay Feature

Cítricos, materia prima para fabricar plásticos ecológicos

by Librys.com
Científicos estadounidenses han conseguido fabricar un plástico usando como materias primas la piel de la naranja y el dióxido de carbono. Proceso ecológico frente a los actuales métodos que utilizan el petróleo como base para la fabricación de polímeros.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell, Ithaca, EEUU, ha conseguido sintetizar un material plástico ecológico. El estudio fue publicado en la revista de la ACS, Journal of the American Chemical Society (Septimebre 2004). A partir del limoneno contenido en la piel de los cítricos se puede obtener óxido de limoneno, el cuál reacciona con dióxido de carbono(CO2) en presencia de un catalizador para dar lugar al polímero(reacción de polimerización). La naranja contiene hasta un 95% de limoneno en el aceite contenido en su piel. El polímero obtenido se denomina carbonato de polilimoneno, similar al poliestireno, un polímero derivado del petróleo, conocido como 'corcho blanco' empleado como protector de equipos electrónicos, envases para frutas y alimentos, etc. Un polímero está formado por monómeros. Un monómero es una asociación determinada de elementos químicos, que se repite de forma semejante a los eslabones de una cadena. La unión de estos monómeros o 'eslabones' dan lugar a una macromolécula. Estas largas moléculas 'se enredan' entre sí, dando lugar al plástico.
Más información
by University of Florida (ogramire [at] aol.com)
Ingeniería Nueva Tecnología Desaladora 7 de Enero de 2005. La desalación del agua marina es calificada a menudo como la solución a la falta de agua potable en el mundo. Sin embargo, las plantas que se ocupan de ello consumen actualmente demasiada energía. Investigadores de la University of Florida han desarrollado una tecnología de desalación que puede aprovechar el calor que se desecha en las centrales eléctricas. James Klausner y su equipo son conscientes de la creciente demanda de agua potable, y de las dificultades para hacer frente a dicha demanda que deben enfrentar la mayoría de países del mundo, básicamente debido al crecimiento de la población. Parece pues obvio que en un futuro próximo deberá tratarse el agua salada marina para cubrir las necesidades, y que la desalación será un proceso obligatorio. Con la tecnología que ha desarrollado el grupo de Klausner, podrá aprovecharse el calor sobrante de las centrales eléctricas para producir millones de litros de agua potable al día. Dicha tecnología ha sido inventada por el propio Klausner y por Renwei Mei. En la actualidad funcionan más de 7.500 plantas desaladoras en todo el mundo, dos tercios de ellas en Oriente medio, donde a menudo no hay otra alternativa posible. En Norteamérica, están instaladas sobre todo en Florida y el Caribe, donde se produce el 12 por ciento del volumen mundial de agua desalada. Los estadounidenses, sin embargo, sólo reciben un 1 por ciento de su agua con esta procedencia. En el futuro, no obstante, esta cifra crecerá necesariamente. Países como China o Japón ven crecer su demanda de forma constante. La mayoría de plantas desaladoras usan destilación u ósmosis inversa. En el primer caso el agua salada hierve y se evapora, para que el vapor se condense formando agua potable. En el segundo caso, bombas de alta presión obligan al agua salada a pasar por filtros muy finos que atrapan las sales y otros minerales. Los dos métodos obligan a gastar mucha energía o tienen otros problemas. La tecnología de Klausner modifica el sistema de destilación, y pasa a utilizar un proceso físico llamado difusión de masa, en vez de calor, para evaporar el agua salada. Una serie de bombas llevan a esta última a través de un calentador y la rocían dentro de una torre de difusión, una columna recubierta con una matriz de polietileno que crea una gran área de superficie por la que el agua fluirá durante la caída. Otras bombas situadas en la zona inferior de la torre lanzan aire caliente y seco a través de la columna, hacia arriba. Cuando el agua salada se encuentra con el aire caliente, se evapora. Un sistema empuja el aire saturado hacia un condensador, la primera etapa de un proceso que obligará a condensarse a la humedad, produciendo agua dulce. Lo importante de este sistema es que permite utilizar el agua caliente procedente de las centrales eléctricas, donde se ha usado como refrigeración, para calentar el agua salada que se pretende desalar. Klausner ha probado un pequeño prototipo experimental en el laboratorio. Los resultados sugieren que una versión más grande, unida al agua refrigerante de una planta eléctrica típica de 100 megavatios, podría desalar 1,5 millones de galones de agua diarios, a un coste que es una cuarta parte del que supone utilizar un sistema de destilación convencional. Otras posibilidades serían aprovechar el calor de colectores solares u otras formas de generación. Información adicional en: University of Florida Enciclopedia del agua
We are 100% volunteer and depend on your participation to sustain our efforts!

Donate

$230.00 donated
in the past month

Get Involved

If you'd like to help with maintaining or developing the website, contact us.

Publish

Publish your stories and upcoming events on Indybay.

IMC Network