El fascismo vuelve

Aportando como pruebas datos procedentes de libros académicos y científicos que se pueden encontrar en todas las librerías o bibliotecas, el filósofo español Jaume Farrerons desarrolla una tesis que conduce, de forma inevitable, a la rehabilitación del fascismo, cuyo auge en Europa es cada vez más alarmante.

Farrerons pretende demostrar que el fascismo es una variante del socialismo y que, por tanto, procede de la izquierda. Lo propio del fascismo originario (que distingue del fascismo pronto derechizado tras su ascenso al poder, en un proceso similar al estalinismo), es fijar unas bases de valores revolucionarios en ruptura con los valores judeocristianos del marxismo, propios todavía de la burguesía. El fascismo sería un socialismo nietzscheano que conduce la racionalidad hasta sus últimas consecuencias negando la moral cristiana y convirtiendo la ciencia en una aventura moral heroica hacia el universo mental de lo trágico.

También entra Farrerons en el tema del holocausto y pretende que no fue un plan de exterminio, sino la mera consecuencia reactiva del proyecto genocida publicado en 1941 por el judío americano Theodore N. Kaufmann Germany must perish y llevado a la práctica primero por los bombardeos crematorios contra la población civil alemana y finalmente por el plan Morgenthau y la soviética expulsión de los alemanes del Este, con un total de 13 millones de víctimas.

En la etapa final de la guerra, muchos judíos fueron maltratados o abandonados a su suerte en los campos en castigo o venganza por las atrocidades previas planificadas y prepetradas sistemáticamente por los aliados occidentales y el régimen comunista de Moscú.

La fiscalía española está estudiando emprender acciones legales contra Farrerons por justificación del holocausto, pese a que en España la negación del genocidio nazi no es delito después de que el Tribunal Supremo amparara dicha opinión bajo la rúbrica genérica de la libertad de expresión.


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